De momento la investigación se ha hecho sólo con lúganos, una pequeña ave común en Europa y Asia, pero la conclusión puede que moleste algún que otro ego humano: los machos de esta especie más atractivos por su plumaje para las hembras son también los más espabilados a la hora de resolver problemas.
Este estudio, elaborado por un equipo del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y el CSIC, comprobó que los macho lúgano más llamativos por su plumas, habitualmente elegidos por las hembras para reproducirse, son, además, los más hábiles cuando se les enfrenta a situaciones en las que deben encontrar alimento.
El lúgano (Carduelis spinus) es un pajarillo parecido al jilguero que vive en zonas boscosas, aunque también se cría en cautividad.
Lúgano. |
Estudios previos habían demostrado que la franja de color amarillo en las alas de los machos era uno de los elementos utilizados por las hembras para evaluar y escoger pareja, por lo que se consideraba un ornamento de tipo sexual.
El equipo de investigadores formado por Fernando Mateo-González, Javier Quesada y Joan Carles Senar, quiso saber si además de la "belleza" había otros factores para que las hembras de esta especie se decanten por los machos con las franjas amarillas más grandes en su alas, que posiblemente fueran resultado de una selección natural.
Para ello, colocaron a varios ejemplares de lúgano frente a una cajita con alimento en su interior, bloqueada por unos palillos entrecruzados e insertados en unos agujeros de lado a lado de la parte superior de la caja, explica a Efe el científico Joan Carles Senar, jefe de investigación del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona.
La única manera para que las aves pudieran acceder al alimento, una semillas de pino, era descorrer hacia un lado los palillos que bloqueaban la caja, no tirando de ellos.
El resultado fue que los lúganos más ornamentados fueron más listos a la hora de solventar este problema en la búsqueda de alimentos, que aquellos ejemplares con las franjas amarillas más cortas.
"Por lo tanto, una hembra que escoge a un macho 'guapo' está escogiendo también a un macho listo", explica Senar.
Los resultados de este interesante trabajo, publicado en la revista británica Biology Letters (Royal Society of London), ha merecido incluso una reseña en el último número de la prestigiosa revista Nature como uno de los artículos científicos que vale la pena leer.
Los autores han comprobado que, además del tamaño de la franja amarilla, ni la edad, ni el tamaño ni la dominante social de las aves son factores que influyan en la resolución de estos "ejercicios".
La investigación demuestra que el uso por parte de las especies de aves de los carotenoides (unos pigmentos orgánicos que se encuentran de forma natural en plantas) para colorear sus ornamentos sexuales, no es sólo una cuestión de disponibilidad e ingestión de los mismos, sino también de la habilidad para conseguirlos.
Senar asegura que aunque el problema al que se enfrentó a los lúganos machos -la caja con los palillos entrecruzados- pueda parecer "muy artificioso", recuerda que en la naturaleza, las aves también resuelven algunos "pasatiempos" raros de este tipo.
Uno de los más conocidos es el de los carboneros de Inglaterra, unos pájaros que aprendieron a quitar la tapa de papel de plata de las botellas de leche que el repartidor dejaba cada día en la puerta de las casas, para comerse su nata.
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