Los investigadores creen haber desvelado la cuestión sobre cómo comenzaron a volar las aves. Su trabajo se centra en los orígenes del vuelo de las aves y los inicios de su evolución con pruebas de vuelo de un modelo de raptor de cuatro patas que planeaba llamado microrraptor.
Según explica David Brunham, coautor del estudio, "hemos realizado el trabajo científico y las pruebas de vuelo para mostrar que el microrraptor era un planeador de éxito. En 2003 se descubrió uno que estaba muy bien conservado en el que se podían distinguir las plumas de las alas".
Tanto Burnham como Larry Martin, otro de los responsables del trabajo, plantean que el vuelo se originó no entre los animales que habitaban el suelo sino en aquellos que ocupaban las ramas de los árboles. Tales animales eran planeadores y los autores señalan que los fósiles del microraptor con cabeza de halcón apoyan esta teoría.
"La controversia era que estos animales no podían expandir sus miembros con forma de alas para planear. Pero hemos podido articular los huesos específicos de sus caderas para mostrar que podían volar", asevera Burnham.
El nuevo modelo de vuelo creado por Martin y Burnham procede de un esqueleto compuesto de escayolas de huesos originales de un microraptor y las impresiones conservadas de plumas de especímenes de museos chinos. Estos extraordinariamente bien conservados fósiles proporcionan una imagen detallada del plumaje del raptor planeador y hacen posible la construcción de un modelo exacto.
Los fósiles también muestran que una postura esencialmente expandida era una posición de miembros de alas posible para proporcionar un vuelo estable con parámetros de planeo mejor que los de los modernos 'lémures voladores'.
La 'postura de biplano' avanzada por otros investigadores sugería que una postura erguida proporcionaba planeos con más éxito. Pero los científicos del estudio actual afirman que esta postura requeriría una cabeza demasiado pesada para mantener un centro de gravedad adecuado. Además, la presencia de plumas con una longitud de más de 17 centímetros de largas en los pies prohibiría cualquier postura erguida en el suelo. Por ello, el microrraptor debía haber sido completamente arbóreo.
"Decidimos que tomaríamos el esqueleto que teníamos, le pondríamos alas a partir del patrón de alas y mostraríamos que podía volar. Si otros piensan que era un corredor terrestre, deberían realizar un modelo y ponerlo en una cinta de correr y mostrar que podía correr con esas largas plumas en sus patas traseras", afirma Burnham.
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