miércoles, 13 de enero de 2010

Y la ciudad se volvió blanca... (Continuará)













Cuando todo era flores tu camino,
cuando todo era pájaros tu ambiente,
cediendo tu curso a la pendiente
todo era en ti fugaz y repentino.
Vino el invierno con sus nieblas, vino
el hielo que hoy estanca tu corriente,
y en situación tan triste y diferente
ni aún un pálido sol te da el destino.
Y así en la vida el incesante vuelo
mientras que todo es ilusión, avanza
en sólo una hora cuanto mide un cielo.
Y cuando el duelo asoma en lontananza
entonces como tú cambiada en hielo
no puede reflejar ni la esperanza.

Manuel Acuña (1849-1873)
A un arroyo

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