Una de las cosas que más me gusta de Guadalajara es que desde mi propia ventana puedo ver, entre otras cosas, tórtolas turcas (Streptopelia decaocto) criando. Es una maravilla poder disfrutar de unos momentos así, sin siquiera salir de casa y en los tiempos que corren. Todo un lujo que sólo una ínfima parte de los alcarreños valora porque muchas veces el grueso de la población ni se percata de ello. Aunque no es la primera vez que crían, sí que es la primera que me encuentro con mejores herramientas para poder ir siguiéndoles la pista, así que posiblemente me esperan unos días muy interesantes.
Uno de esos momentos fascinantes se ha producido esta mañana cuando un gorrión común (Passer domesticus) se ha acercado demasiado al nido y la tórtola ha montado guardia al ver como se iba arrimando el invasor. Posiblemente sus intenciones sólo eran comer los brotes de las ramas del árbol que están justo debajo del nido, que no están muy asediadas por la cantidad de pájaros que merodea estos días la zona. Lo que sí está claro es que la tórtola no se fiaba de las intenciones buenas o malas del pequeño paseriforme y le ha vigilado bien de cerca. En la foto podéis ver la tórtola ojo avizor en su nido y un poco más abajo, a la derecha, al pequeño intruso.
Seguiremos informando.
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