Dos poblaciones de un ave cantora del sur de California que divergieron evolutivamente en una época reciente producen olores exclusivos, lo cual sugiere que el olfato podría contribuir al aislamiento reproductivo que acompaña al origen de nuevas especies de aves.
El equipo de Danielle Whittaker, de la Universidad de Indiana en Bloomington, examinó la composición química de un aceite que secretan esas aves y esparcen por sus cuerpos para acondicionar, proteger e impermeabilizar sus plumas.
Los científicos descubrieron que cada pájaro posee un perfil de olor único y reconocible, el cual se mantuvo estable durante un período de dos semanas y podía ser usado para distinguirse de otros individuos. Los perfiles de olor de los pájaros macho diferían de los de las hembras, y los perfiles de olor de las aves diferían dependiendo de la población a la que pertenecían.
Éste es el estudio más completo de su tipo. Y, que se sepa, es la primera vez que alguien ha examinado minuciosamente esos compuestos químicos en una población de pájaros.
El año pasado, Whittaker, Ketterson y sus colaboradores averiguaron que esas aves pueden usar los citados aceites para reconocer la pertenencia de un individuo a su especie, y también para distinguir entre unos individuos y otros dentro de su misma especie. En el nuevo estudio han dado otro paso para determinar si la composición del aceite varía entre individuos, sexos y poblaciones, lo que podría resultar significativo en un contexto evolutivo.
El equipo recolectó crías de esas aves de dos poblaciones, una que reside en el campus de La Jolla de la Universidad de California en San Diego, y otra que vive en unas montañas a 67 kilómetros al este. Después de su captura, las aves fueron transportadas hasta unos aviarios en Bloomington, Indiana, y se criaron bajo condiciones ambientales idénticas. Los científicos aislaron 19 compuestos volátiles de los aceites secretados por los pájaros.
Los investigadores confirmaron que las aves individuales a las que se les tomó muestras en ese período, producen niveles de cada uno de los compuestos volátiles que se mantienen más o menos constantes. También han descubierto diferencias significativas al respecto entre machos y hembras, y entre las aves de la población del mencionado campus y las de las montañas. Esas diferencias entre ambas poblaciones existen a pesar incluso de haber sido criadas las aves bajo condiciones idénticas, lo que sugiere que los olores tienen una base genética, en vez de ambiental o derivada del desarrollo.
Vía: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/210410d.html
El equipo de Danielle Whittaker, de la Universidad de Indiana en Bloomington, examinó la composición química de un aceite que secretan esas aves y esparcen por sus cuerpos para acondicionar, proteger e impermeabilizar sus plumas.
Los científicos descubrieron que cada pájaro posee un perfil de olor único y reconocible, el cual se mantuvo estable durante un período de dos semanas y podía ser usado para distinguirse de otros individuos. Los perfiles de olor de los pájaros macho diferían de los de las hembras, y los perfiles de olor de las aves diferían dependiendo de la población a la que pertenecían.
Éste es el estudio más completo de su tipo. Y, que se sepa, es la primera vez que alguien ha examinado minuciosamente esos compuestos químicos en una población de pájaros.
El año pasado, Whittaker, Ketterson y sus colaboradores averiguaron que esas aves pueden usar los citados aceites para reconocer la pertenencia de un individuo a su especie, y también para distinguir entre unos individuos y otros dentro de su misma especie. En el nuevo estudio han dado otro paso para determinar si la composición del aceite varía entre individuos, sexos y poblaciones, lo que podría resultar significativo en un contexto evolutivo.
El equipo recolectó crías de esas aves de dos poblaciones, una que reside en el campus de La Jolla de la Universidad de California en San Diego, y otra que vive en unas montañas a 67 kilómetros al este. Después de su captura, las aves fueron transportadas hasta unos aviarios en Bloomington, Indiana, y se criaron bajo condiciones ambientales idénticas. Los científicos aislaron 19 compuestos volátiles de los aceites secretados por los pájaros.
Los investigadores confirmaron que las aves individuales a las que se les tomó muestras en ese período, producen niveles de cada uno de los compuestos volátiles que se mantienen más o menos constantes. También han descubierto diferencias significativas al respecto entre machos y hembras, y entre las aves de la población del mencionado campus y las de las montañas. Esas diferencias entre ambas poblaciones existen a pesar incluso de haber sido criadas las aves bajo condiciones idénticas, lo que sugiere que los olores tienen una base genética, en vez de ambiental o derivada del desarrollo.
Vía: http://www.amazings.com/ciencia/noticias/210410d.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario