Hace unos días Hugo Malacara, un amigo mexicano, me dejaba un comentario en una de las entradas del blog comentando que había encontrado a un extraño pájaro malherido y aunque intentó salvarlo, sus esfuerzos fueron en valde. Una lástima, ojalá su esfuerzo se hubiera visto recompensado con la mejoría del animal pero a sus manos llegó gravemente herido.
Hugo vive en un poblado de la zona metropolitana de Monterrey y lo primero que le llamó la atención fue un ruido extraño en la noche. El canto de los chotacabras es muy singular, para nada recuerda a los melodiosos cantos que se nos vienen a la cabeza al pensar en las típicas aves canoras como el canario o el jilguero. Algunas especies de chotacabras emiten un reclamo que recuerda a un motor en marcha. Pues bien, Hugo encontró al animal gracias a que éste no paraba de "cantar" y pronto reparó en que el pájaro estaba herido posiblemente por el ataque de un gato. Lo que siguió fué un intento infructuoso por hacer que el chotacabras pudiera salvar la vida.
En México existen 8 especies de chotacabras. Aquí en España sólo contamos con dos de ellas, el chotacabras gris o europeo (Caprimulgus europaeus) y el chotacabras pardo o cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis). Todos ellos pertenecen a la familia Caprimulgidae y comparten una serie de características comunes. Se trata de aves medianas, de unos 30 cm. de longitud. Son de hábitos nocturnos y crepusculares, permaneciendo inmóviles durante el día descansando en el suelo o más infrecuentemente en una rama. Son muy difíciles de localizar gracias a un plumaje altamente críptico de moteados marrones que les proporciona un camuflaje perfecto. Por esta razón también anidan en el suelo. Poseen un pico muy corto que deja paso a una boca enorme lo que facilita la captura de polillas y demás insectos en la oscuridad.
Chotacabras pardo o cuellirrojo. Especie presente en España. Fotografía: Miguel Vilas. |
Hugo tuvo la amabilidad de enviarme las siguientes fotos dónde podemos obervar el pájaro que encontró. En ellas podemos fijarnos en ese plumaje que lo hace casi indistinguible de la hojarasca que se puede encontrar en el suelo. También podemos observar el tamaño de las vibrisas que rodean al pico, que no dejan de ser plumas, aunque modificadas, con ellas aumenta la capacidad de alimentarse de insectos en vuelo.
Cabeza del chotacabras muerto encontrado por Hugo Malacara. Obervar el tamaño de las vibrisas. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Detalle del pico y de las vibrisas. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Ala del chotacabras. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Detalle del ala de chotacabras. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Uno de los aspectos más interesantes y desconocidos de los chotacabras y que he querido resaltar son sus uñas pectinadas. Los chotacabras cuentan con la uña central de ambas patas modificada en forma de peine. Se desconoce la función de esta estructura aunque se piensa que puede facilitar el aseo del plumaje. En otras familias de aves también podemos ver uñas en forma de peine como por ejemplo en las garzas (familia Ardeidae), en los moritos ( familia Threskiornithidae) y las canasteras (familia Glareolidae) pero en ningún caso alcanza el nivel de desarrollo que se puede observar en los chotacabras. A continuación podéis ver un par de fotos donde se aprecia estupendamente este rasgo tan llamativo:
Uña pectinada o uña en forma de peine del chotacabras. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Detalle de la uña pectinada o en forma de peine del chotacabras. Fotografía: Patricia Rodríguez. |
Sobre los chotacabras exite un halo de misterio, extensible a casi todos los animales de carácter nocturno y se contaban muchas leyendas sobre ellos. Es de sobra conocido que se decía que los chotacabras robaban la leche de las cabras, de ahí su nombre (Caprimulgus) que viene del latín Capri que significa cabra y mulgus que significa ordeñar. Pero nada más lejos de la realidad, lo cierto es que estos esquivos pájaros ayudan a controlar las poblaciones de insectos y en España se los puede encontrar en caminos y claros en las noches de verano a la caza de todo tipo de insectos voladores.
Muchas gracias a Hugo Malacara por relatarme la historia, por permitir que escribiera en el blog sobre ella y por enviarme estas maravillosas fotografías.
¡Hey, muchas gracias por postear la historia!... ojalá y fuese una historia con final feliz, pero bueno, algo se aprende de ello.
ResponderEliminarOlvidé decirte que puedes disponer de las fotos para lo que en el futuro puedan servir para investigaciones y etc.
Un gran saludo. Y muchas gracias por el resto de la información.
Atte. Hugo Malacara
Por cierto, el crédito de las fotos pertenece a mi esposa. Patricia Rodríguez. Gracias nuevamente.
ResponderEliminarUna entrada realemente interesante. No sabía yo de la de esos peines.
ResponderEliminarAñadir, con el permiso del propietario del blog, que a estas aves se las conoce en Uruguay como dormilones y en Argentina como atajacaminos. Ambos nombres seguramente de deben a la facilidad de encontrarlas en mitad de los caminos por las noches debido a sus hábitos alimenticios y a la postura que adoptan en el suelo que las hace parecer siempre dormidas.
Fantastica entrada muchas cosas no las sabia, felicidades.
ResponderEliminarmi papa me decia de chico,que se llamaban tapacaminos poque al caminar por las noches escomun que se paren delante de ti,y cuando te vas hacercando vuelan y se paran mas adelante ,haciendo esto por un buen rato
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