Desempolvando

¡Se me acumula el trabajo amig@s! Vamos a empezar por ese día de pesca en aguas del Henares a su paso por Humanes. Entre trucha y trucha, siempre queda un espacio que dedicar a esos bichines emplumados que revoloteaban sobre nuestras cabezas.

 Río Henares en las cercanías de Humanes (Guadalajara).

Aunque íba en principio a disfrutar de un día en compañía de los amigos con la excusa de la pesca, ya os digo que me pude escabullir e investigar un poquillo el paraje en el que nos inmiscuímos. Entre los carrizos y eneas que poblaban los márgenes del río se veían travesear los carriceros, mosquiteros y demás fantasmas de la ribera. ¡Qué difícil es fotografiarlos (bien)!

 Entorno del río Henares a su paso por Humanes.

La verdad que da gusto este año salir al campo, porque con lo que ha llovido en invierno, a estas alturas de verano aún está verdecito y florecido. ¡Así da gusto!

 Explosión de vida en la vega del Henares.

Seguro que ya hay más de un@ mordiéndose las uñas...¿dónde están los pájaros en esta entrada? Vengaaa, vamos a empezar a dar chicha al personal. Dos son los momentos ornitológicos cumbres que tuve en este día. El primero fue casi a la hora de comer, cuando de entre las ramas de los árboles apareció una oropéndola (Oriolus oriolus) que ya llevabamos escuchando un rato, pero que se resistía a hacer aparición. Pero cuando lo hizo, fué en todo su esplendor.

 Oropéndola.

Y ya luego por la tarde, el pajarillo modelo del día, un macho de Pinzón vulgar (Fringilla coelebs) que no conocía la vergüenza y se dejó hacer fotos a excasos dos metros de mi, con lo que eso conlleva... Salió tan bien que le preparé un banquete de maíz que mis amigos utilizaban como cebo para pescar y que el divertido pájaro no dudó en degustar. 

 Macho de Pinzón vulgar.

Ahora el blog me da la posibilidad de incluir botones para que mis entradas aparezcan en Facebook, Twiter... Habrá que probarlo, ¿no? ¿Qué me decís? 

Locura

Pues debe ser algún tipo de locura transitoria la que se adueñó de mi materia gris para sacarme la licencia de pesca. Bien es cierto, que sobre todo ha influído la firme intención de ayudar a un amigo que está pasando por un momento difícil y todo lo que le ayude a alejar esos pensamientos de la cabeza será muy beneficioso. (¡Ánimo C.!) 

Total que, nos propuso irnos un día de pesca y nosotros aceptamos. La siguiente etapa lógica era sacarse la licencia porque nos lleva a un coto donde seguramente la vigilancia sea mayor. Así que nos presentamos en Agricultura y nos sacamos nuestras licencias de pesca. Junto a ellas nos dieron unos mapas con todos los ríos y zonas acuáticas de toda Castilla - La Mancha que me van a venir genial a la hora de planificar mis siguientes salidas y buscar zonas donde ver pájaros. Ya sólo por esos mapas merece la pena el sacarse la licencia.

Pero ahora viene la parte negativa, el mismo día de sacarme la licencia, ya tenía remordimientos, porque como biólogo y amante de los animales que soy, el tener un permiso con el que hacerlos daño, ya me chirría. Sí, y ya sé que estas truchas vienen de piscifactorias, que las hechan incluso la misma mañana al río para que la gente los pesque...pero no dejas de hacerlas daño y extraerlas de su medio natural, sea cual sea su origen.

Bueno, seguramente me termine dedicando a ver los pajarillos que pululen entre las ramas de las riberas del río. Con esa aficción sí me encuentro más identificado.

Inmejorable

Esta es la entrada 100 del blog. No está nada mal, por algo se empieza, ¿no? Y para un número tan redondo, qué mejor que buenas noticias. He titulado "Inmejorable" esta entrada porque este fin de semana bien pudiera ser calificado con ese adjetivo.

Poco o nada tiene que ver esta entrada con los pájaros, pero hoy me veo en la (casi) obligación de parar en el camino, mirar hacia atrás y sonreir.

Feliz 100 entradas!

Felicidades España!!!!

Y....

Palabra de cefalópodo

Si lo dice Paul, habrá que tener un respeto. La verdad es que de toda la movida que se está montando con el Mundial de fútbol, lo que me parece más gracioso es lo de este pulpo. Él viviría tan tranquilo en su acuario alemán y a partir de ahora, como gane España, seguro que más españoles van a ir a verle que los que van a Disneyland. Ya me imagino las conversaciones para el próximo verano:

- Cariño, ¿qué hacemos este año? ¿El Camino de Santiago o el Camino de San Paul?

Ojalá tenga razón nuestro querido oráculo acuático.

Por lo que he podido leer, también hay un periquito que predice el ganador, lo cual hubiera estado más acorde con la temática del blog, pero es que este pulpo me resulta muy simpático.

Hoy nos vestimos de rojo

Para animar a España, ¡por supuesto!

Entablando amistad con el Acentor común

Seguimos sacando jugo a nuestra salida al Parque Natural de Peñalara. La verdad que un día tan fructífero da para alimentar al blog durante unos cuantos días, como así está siendo. Pues bien, hoy toca dar protagonismo al Acentor común (Prunella modularis) que nos amenizó la pre-comida junto a la laguna de Los Pájaros. Un nombre sin duda adecuado a la vista de como este pequeño amigo nos recibió y posó delante de las cámaras. ¡Está hecho todo un modelo!

 El Acentor común es más frecuente en la zona norte de España y en la zona centro se le puede observar asociado a montañas. Es un migrador parcial, con movimientos en altura e invernada de aves europeas (Octubre a Marzo).

Suele criar en jardines, terrenos arbolados abiertos, brezales y cultivos, siempre que haya una buena cobertura arbustiva. Anida en arbustos densos o en ramas bajas de coníferas y se alimenta principalmente de insectos.

Se le reconoce bien por la cabeza y el pecho gris azulado característicos, así como tener las patas pardo-rojizas. El canto se suele realizar desde lo alto de un arbusto o conífera mediana.

(Me encanta el nuevo formato gigante de las fotos, ¡me dan ganas de subir de nuevo algunas que se verían espectaculares!)

Lo prometido es deuda

Como anuncié hace unos días, es momento de poner la foto del águila calzada de fase clara que vimos en Peñalara con un pajarillo entre sus garras. Vimos como se fue alejando mientras se colocaba el pajarillo y ya en el campo nos dimos cuenta de que algo llevaba en las patas, pero no fue hasta que vimos las fotos, que supimos lo que era. Quién sabe a quién le aguardaba ese festín, si a él mismo o a alguno de sus retoños. Por imaginación que no quede...

Águilas culebreras

Siempre es un placer toparte con cualquier animal. Más especialmente si es algún tipo de ave rapaz y ultimamente la ilusión se acrecenta si se trata de un águila culebrera o culebrera europea (Circaetus gallicus). De un tiempo a esta parte, estos animales alados me tienen enamorado.

Ya sólo la mirada que tienen valdría para hechizar a la gran mayoría de mortales pero si indagas en su biología no deja de asombrarte su increíble especialización. Una familia de águilas culebreras en época de cría, necesita capturar al menos cinco culebras o serpientes diarias. Querid@s lectores (qué bien queda decir esto siempre jeje), no sé con qué frecuencia van ustedes al campo, pero yo las veces que salgo, si consigo ver una culebra al día puedo resumir esa jornada como de un gran éxito herpetológico. Es cierto, no es fácil ver serpientes en el campo y que estas águilas sean capaces de capturar cinco diarias es algo que o bien me indica que soy un ciego en el mundo reptiliano o que estos pájaros son un verdadero prodigio de la naturaleza.

Las salidas al campo en invierno pierden un poco la gracia porque al tratarse de animales migradores, las águilas culebreras cruzan el estrecho para pasar el invierno en tierras africanas. Es lógico puesto que aquí las culebras se retiran a su cálido cobijo en los meses en los que el clima se recrudece. Asi que es momento de disfrutar del vuelo de las culebreras, como pudimos hacer el otro día en el Parque Natural de Peñalara. Aunque ya lo señalé en la entrada anterior, me apetecía dedicarle su merecido homenaje a esta especie.

Todo comenzó cuando de detrás de una loma vimos aparecer un águila calzada de fase clara con un pajarillo capturado entre sus patas (ya enseñaré esa foto). Ésta se fue planeando a lo largo del valle y de la misma loma por arte de magia apareció la primera de las águilas culebreras que vimos. Giró varias veces prospectando el terreno y aprovechando, casi con total seguridad, alguna eficaz corriente térmica, para luego perderse en dirección a la montaña.

Más tarde, una segunda águila culebrera hizo aparición y nos sobrevoló por encima en un vuelo mucho más rápido y dirigido, con rumbo hacia donde habíamos comenzado nuestra ruta, pero nos fue imposible seguirle la pista durante mucho tiempo. A pesar de ello, en el poco tiempo que se dejó ver, aún pudimos echarle alguna que otra foto.

Espero que siga teniendo encuentros interesantes con esta especie. ¡Ojalá llegue el día que la vea enfrentarse a un ofidio en vivo y en directo!