jueves, 27 de octubre de 2011

Nuevo dibujo de Herrerillo capuchino.

Aquí tenéis un nuevo dibujo realizado recientemente. Se trata de un Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus). Ya trabajo en uno siguiente que espero que podáis ver pronto. Pincha en la imagen para poder ver la ilustración con mayor detalle.

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)

viernes, 21 de octubre de 2011

Niveles altos de testosterona se vinculan con un plumaje colorido.

En muchas especies de aves, los machos tienen un plumaje más elaborado que las hembras; este plumaje elaborado se utiliza para indicar la condición corporal, para intimidar a los rivales o atraer a parejas potenciales -en muchos casos, la coloración del plumaje también depende de la hormona testosterona.

   Los doctores Christina Muck y Wolfgang Goymann, del Instituto Max Planck para la Ornitología en Seewiesen (Alemania), han investigado si esto es también aplicable en aves como el torillo batallador (Turnix suscitator) -que viven en el sudeste asiático- donde las hembras son polígamas, y son los machos los que incuban los huevos y se dedican a la cría. Los científicos han descubierto que, no sólo el comportamiento, sino también los ornamentos sexuales -que dependen de la testosterona- se invierten entre los sexos en estos casos.

   El plumaje de colores y las plumas largas permiten un macho expresar su calidad y condición sin la demostración física de su fuerza; estas características puedan evitarles peleas físicas, que son costosas en lo que respecta al gasto de energía y el riesgo de lesiones.

   El tamaño y la intensidad de algunas partes del plumaje, depende de la hormona sexual masculina testosterona. Sin embargo, hasta ahora se desconocía  la función y regulación de la coloración del plumaje de las hembras, que en su mayoría tienen un plumaje opaco, casi sin variación entre los individuos. Sin embargo, en algunas aves los roles sexuales se han invertido: las hembras defienden agresivamente los territorios y los machos cortejan, incuban los huevos y cuidan a los jóvenes sin ninguna ayuda de las hembras.

   Muck y Goymann observaron una relación entre la coloración del plumaje, el peso corporal y las concentraciones de testosterona en las hembras del torillo batallador, una especie de ave que vive en el sudeste de Asia. Los investigadores mantuvieron a las aves por parejas en criaderos durante un año, tomando muestras de sangre para controlar la evolución temporal de los niveles de testosterona. Además, pesaron a las aves y tomaron fotografías del parche negro la garganta de las hembras para determinar su tamaño y la intensidad del color. Los machos de esta especie son más pequeños que las hembras y no poseen este parche.

Torillo batallador.

   Primero, los investigadores pudieron demostrar que los niveles de testosterona fueron similares en machos y hembras, y no mostraron grandes cambios estacionales. Por otra parte, los niveles de testosterona eran más bien bajos. Sin embargo, encontraron una fuerte relación entre el tamaño y la intensidad del color de las plumas y los niveles de testosterona en las hembras.
   "Es realmente notable", afirma Christina Muck, "que la inversión de roles sexuales en el comportamiento se acompañe de la expresión de caracteres sexuales secundarios relacionados con el nivel hormonal".
 
 
Vía: http://www.europapress.es/sociedad/ciencia/noticia-niveles-altos-testosterona-vinculan-plumaje-colorido-20111021131519.html

lunes, 17 de octubre de 2011

Cómo conservar las plumas.

Repasando algunas entradas antiguas del blog he descubierto diferentes comentarios que a lo largo del tiempo me han ido dejando en muchos post donde mostraba algunas de las plumas que colecciono, pidiéndome consejo sobre cómo las guardo. Así que voy a comentar cómo lo hago yo.

Lo primero es conseguir la pluma. Esto puede ocurrir de diversas formas. Puede que salgas al campo y las encuentres, puede que las vayas recogiendo por zoológicos o colecciones de animales, puede que encuentres a un animal muerto y cojas alguna de sus plumas o puede que sean otras personas que conocen tu afición las que te las regalen. Puede que haya más opciones pero a priori están son las que a mi se me han presentado con mayor frecuencia. Sobre todo cuando se trata de manipular animales muertos habría que tener ciertas precauciones higiénicas puesto que podrían transmitirnos algún tipo de enfermedad.

La mejor época para encontrar plumas se concentra a finales de verano, entre los meses de Agosto y Octubre, dado que es cuando las aves realizan su muda tras la época reproductiva y cuando todavía es posible disponer de alimento abundante para ellas, lo cual minimizará los gastos que requiere el proceso de cambio de plumaje.

Una vez que tienes las plumas, hay que analizar el estado en que están, si vienen sucias o muy deterioradas, es posible que se pueda hacer algo para mejorar su aspecto. El método menos invasivo es limpiarlas en seco con algún cepillo o pincel, siendo muy cuidadosos y siempre respetando que la limpieza se hará desde el raquis (eje central de la pluma) hacia la parte más externa siguiendo la dirección que marquen las barbas. Se puede utilizar agua y jabones pero aquí se corre el riesgo de perder algunos colores de la pluma y de dañar su estructura más, por lo que si la limpieza se puede llevar a cabo en seco no deberíais plantearos ninguna acción más sobre la pluma.

Después se debe proceder a la identificación de la pluma y de la especie. Lo primero es saber qué tipo de pluma es (rémige primaria, rémige secundaria, rectriz, cobertora...) y después tratar de dilucidar la especie. Este trabajo con frecuencia es costoso y a menudo infructuoso porque no se consigue dar con la especie a la que perteneció la pluma. No hay que desesperar, no siempre es fácil y con frecuencia quedarán plumas sin identificar. Hay guías y libros de plumas muy útiles en este sentido. Además preguntar a alguien con más experiencia que nosotros siempre será positivo. Es posible que a medida que vayamos adquiriendo experiencia, una pluma que en un principio manteníamos sin identificar, seamos capaces de saber a qué especie corresponde. A mi me es de gran ayuda esta página web que es una base de fotos de plumas de diferentes especies, os la recomiendo si no la conocéis: Feathers.

Una vez identificada, etiquetarla es fundamental. Ayudará a darle cohesión a la colección y ante todo, aunque olvides los datos específicos de la pluma, siempre estarán apuntados y listos para consultar. En mi caso, en las etiquetas tengo referenciados los siguientes datos: Especie (Nombre en castellano), Especie (Nombre científico), Lugar, Fecha, Recogida por y Observaciones. Por si a alguien le sirve de guía, dejo una imagen de cómo son mis etiquetas:

Etiqueta que utilizo en la colección de plumas.

Después, las plumas las guardo en bolsitas de plástico que venden para los alimentos congelados. Mantienen una buena hermeticidad y permiten una manipulación y una observación de las plumas muy buena. Además son fáciles de encontrar y baratas. Por último, todas estas bolsas ya con su muestra en el interior, las reúno en una caja. Es recomendable guardarlas con algún producto que repela o mate a los insectos, que pueden arruinar la colección de plumas en un tiempo realtivamente corto. En cuánto al orden, mi intención es colocarlas por afinidad de especies, reuniendo las de idéntico orden o familia.

A continuación os muestro también cómo quedaría una de las muestras ya con todo el proceso terminado, limpia, etiquetada y convenientemente guardada en su bolsa, lista para engrosar nuestra creciente colección.

Pluma de Azor común según se encuentra en la colección.

viernes, 7 de octubre de 2011

Las misteriosas rutas migratorias al descubierto.

Una de las grandes incógnitas en los últimos años es saber con exactitud dónde migran las aves. Los efectos del cambio climático han originado cambios en el comportamiento migrador de muchas especies, que acortan las distancias que antes recorrían (ya no cruzan África) al producirse inviernos más suaves en las áreas de cría. Así, cada vez es mayor el número de cigüeñas blancas, cigüeñas negras o aguilillas calzadas que pasan esta época del año en la costa mediterránea o en el curso bajo del río Guadalquivir.
La organización conservacionista SEO/BirdLife y la Fundación Iberdrola han puesto en marcha un innovador proyecto denominado 'Programa Migración de las Aves' para dar a conocer con mayor detalle aspectos como las fechas de inicio y fin de sus movimientos migratorios, los lugares de parada y puntos de alimentación, el tiempo que tardan en realizar esos viajes, si las rutas son iguales año tras año y qué especies son realmente sedentarias y cuáles no. Todos estos datos se conocerán en tiempo real en la página web www.migraciondeaves.org, gracias al uso de tres tipos de dispositivos geolocalizadores colocados en casi 70 ejemplares de seis especies en toda la geografía española.
Hasta hace unos años, la información que se tenía sobre la migración de las aves era gracias al anillamiento (la individualización mediante anillas metálicas). El avance de la ciencia ha permitido el uso de nuevas tecnologías que permiten un seguimiento más preciso, puesto que existen numerosas estrategias de migración que dependen de factores como la especie, la latitud donde se reproducen, las condiciones meteorológicas anuales y su distribución histórica. 

Carricerín tordal marcado con un geolocalizador.
 
Entre los dispositivos utilizados para el proyecto se encuentra unos emisores de satélite instalados en cuatro aguilillas calzadas. Estos aparatos registran la localización geográfica del ave. La señal es reenviada por los satélites a un centro de recepción terrestre que procesa los datos, calcula las localizaciones y los hace disponibles vía web, prácticamente en tiempo real y con gran precisión.
Otras tres aguilillas calzadas han sido marcadas con el sistema 'Data logger GPS', que registra las localizaciones y almacena toda la información, puesto que no puede enviarla. Para conseguir los datos es necesario recapturar al animal. En los modelos más modernos se puede descargar los datos a través de una estación base situada a escasa distancia del ave que lo porta.
También se ha marcado a 30 carriceros tordales, 15 abejarucos y 15 autillos con geolocalizadores, unos dispositivos de apenas un gramo de peso, que estiman la posición geográfica a partir de la hora de amanecer y anochecer y del número de horas diarias de luz. Tienen incorporado un sensor de luz que mide las variables cada poco tiempo. Es una tecnología que permite marcar a aves con un peso de menos de 100 gramos, pero tiene el inconveniente de que hay que recapturar al animal para descargar la información.

Abejaruco marcado con un geolocalizador.

Estos sistemas de marcaje establecen la localización del ave varias veces al día durante años, lo que permite conocer con exactitud cuánto tiempo permanecen en sus áreas de cría, cuándo inician la migración, por dónde la realizan, su velocidad y altitud, cómo les condicionan las montañas, mares o desiertos y qué puntos utilizan para descansar y reponer energías. Son aparatos que tienen un elevado coste, que ha sido financiado por la Fundación Iberdrola.
Además, su colocación (identificación de ejemplares adecuados, captura sin molestias excesivas) requiere mucho tiempo en términos de inversión en dispositivos, trabajo de campo, etc., por lo que el número de ejemplares marcados es limitado.
SEO/BirdLife, junto con otras entidades colaboradoras, también ha colocado dispositivos este año a 26 charranes comunes, 114 pardelas cenicientas y 30 petreles de Bulwer, cuya información será incorporada a la web de migración de las aves progresivamente. Todos los datos recopilados permitirá a la organización trabajar mejor en la conservación de las especies.

Vía: http://nuestra-tierra.laverdad.es/naturaleza/fauna/2419-las-misteriosas-rutas-de-las-aves-al-descubierto