martes, 24 de agosto de 2010

Remontando el vuelo

Como os decía en la entrada anterior, es muy complicado mantener el ritmo de escritura en el blog en verano, muchas vivencias, muchos eventos sociales, muchas fiestas, ínfimo tiempo en casa...y las fotos, los recuerdos...cada vez se van acumulando más. Y no necesariamente sólo de pájaros...

 Vista panorámica de Guadalajara desde el Pico del Águila.

Hoy voy a dejaros unas fotos de un paseo que nos dimos un domingo caluroso de Julio para subir al Pico del Águila. Allí, además de unas vistas estupendas de Guadalajara con todos sus pueblos aledaños, nos estaba esperando un Halcón peregrino (Falco peregrinus) que nos miraba desafiante como si hubiéramos invadido su territorio. Bien sabía él que nosotros no éramos personas que acostumbren a coronar cumbres, aunque unos lo intentemos más amenudo que otros. Y lo consigamos.

Halcón peregrino observando desde su atalaya azul.

Ya al bajar comenzó el baile de los corzos, pudimos ver hasta tres diferentes, lo cual me lleva a pensar que debe haber muchos más. Si en un trayecto corto, puedes ver tres animales de la misma especie...es porque su población en la zona es elevada. Recuerdo que un profesor en la Universidad nos lo dijo y todavía no he encontrado un argumento sólido para desconfiar de la afirmación. Diría, es más, que tiene más razón que un santo.

Corzo vadeando el margen de un cultivo de cereales.

Nunca sabes las sorpresas que vas a encontrar, la naturaleza está llena de misterios y me gusta jugar a ser un Sherlock Holmes. Quien iba a apostar que en un pueblecito a 7 kilómetros de Guadalajara iban a refugiarse unos fantasmas del bosque y el animal más rápido del mundo. Y sin embargo, ahí están... ¡No dejemos nunca de sorprendernos!

Mi pueblo, acechado por las sombras de la montaña.

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