viernes, 17 de diciembre de 2010

Doñana: Episodio 6 y 7

Como ya hacía tiempo que teníamos aparcado el reportaje de Doñana, volvemos con fuerza y acometemos la presentación del episodio 6 y el 7. 

El primero de los días que vamos a tratar corresponde a una jornada que nos fuimos a anillar pájaros muy cerca de El Rocío, a la ribera de un arrollo, dónde lo más destacable entre lo que pudimos coger fue un Colirrojo real y un Torcecuellos, curiosamente, el mismo que ya habíamos capturado antes en la sesión anterior, por lo que ya era un viejo conocido nuestro y como siempre nos obsequió con ese movimiento contorneante e imnotizante por el que recibe su merecido nombre.


Un precioso colirrojo real.


Detalle del ala y la cola del colirrojo real.


Nuestro ya conocido amigo el torcecuellos.

Al día siguiente, pusimos rumbo a Huelva, camino de las Marismas del Odiel, porque en esta ocasión íbamos a anillar Zampullines cuellinegros y para ello, aunque el día se presentaba frío, tuvimos que meternos en las salinas de las marismas y ante todas las previsiones, el agua no estaba tan fría como en un principio podíamos preveer. 


Parque Natural de las marismas del Odiel.

Capturar los zampullínes fue una tarea cuanto menos curiosa, con una red enorme en longitud, pescamos, literalmente, a estos pájaros, ya que en vez de huir volando, su tendencia es a zambullirse en las pantanosas aguas de las balsas. Posteriormente se van cercando, hasta que quedan atrapados en un círculo de gente y se van cogiendo, para luego ir anillándolos uno a uno. Aunque nos pusimos de barro hasta las cejas, disfrutamos como enanos con esos diablillos alados de ojos rojos. (Vaya ojazos ¿eh?)


 Zampullín cuellinegro.


 Va sin ojazos el colega ¿no?


De regreso a la marisma.

El chiringuito que montamos para anillar a los zampullínes.

Y para terminar, qué mejor que disfrutar del vuelo de los flamencos despidiéndonos de Odiel.



Y la siguiente foto ya la pongo para rematar la faena. Me gusta especialmente porque en un primer plano podemos ver a los flamencos, rebosantes de plenitud, comiendo, ajenos a toda esa vorágine industrial que se desarrolla justo detrás suyo... ("La vida se abre camino" decía Ian Malcom (Jeff Goldblum) en Parque Jurásico)



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